XII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO A
25 de Junio de 2023
EVANGELIO: Mt 10,26-33
“En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No tengáis miedo a los hombres, porque nada hay encubierto, que no llegue a descubrirse; ni nada hay escondido, que no llegue a saberse. Lo que os digo en la oscuridad, decidlo a la luz, y lo que os digo al oído, pregonadlo desde la azotea.
No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. No; temed al que puede llevar a la perdición alma y cuerpo en la “gehenna”. ¿No se venden un par de gorriones por un céntimo? Y, sin embargo, ni uno solo cae al suelo sin que lo disponga vuestro Padre. Pues vosotros hasta los cabellos de la cabeza tenéis contados. Por eso, no tengáis miedo: valéis más vosotros que muchos gorriones. A quien se declare por mí ante los hombres, yo también me declararé por él ante mi Padre que está en los cielos. Y si uno me niega ante los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre que está en los cielos”.
COMENTARIO A LA PALABRA
“No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma”.
El evangelio del domingo pasado, el Señor envió a sus discípulos a una misión: “les dio autoridad para expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y toda dolencia”. (Mt 10,1).
En el evangelio de este domingo el Señor les instruye a no tener miedo, a poner a la luz todo lo que han aprendido de Él. Los discípulos no vacilaron, fueron valientes en la predicación de la verdad de Jesucristo, hasta entregar su propia vida por el evangelio.
Hoy el Señor nos llama, nos invita a seguir con la misión de anunciar la verdad del evangelio al mundo entero, para que los que están en la oscuridad del pecado lleguen a la luz, que es Jesús.
En el texto bíblico el Señor nos exhorta a no tener miedo, a no dejarnos seducir por el pecado de la mentira; esto es lo que mata el alma y la imposibilita testimoniar a Cristo.
Jesús en su vida terrena fue perseguido, maltratado hasta la muerte, pero salió victorioso y está sentado a la derecha del Padre e intercede por nosotros. Él nos dijo que no estamos solos. En las tribulaciones, en las dificultades de cada día, Él está con nosotros, como protector de nuestra alma; Él destruye los planes de los malvados y protege la vida de los suyos. El profeta Jeremías no teme en medio de las persecuciones. Sigue firme en su misión, abandona su vida en las manos de Dios; “El Señor es mi fuerte defensor: me persiguen, pero tropiezan impotentes” (1ª lectura).
Por lo tanto, no tengamos miedo a los hombres, porque somos guiados e iluminados por las luces del Cielo.
El Señor nos conceda la valentía y la firmeza en la fe ante las persecuciones del mundo, para que todos conozcan la VERDAD.
“En el mundo tendréis luchas; pero tened valor: Yo he vencido al mundo”.
MEDITACIÓN
“Ante el amplio y diversificado panorama de los miedos humanos, la palabra de Dios es clara: quien «teme» a Dios «no tiene miedo». El temor de Dios, que las Escrituras definen como «el principio de la verdadera sabiduría», coincide con la fe en él, con el respeto sagrado a su autoridad sobre la vida y sobre el mundo. No tener «temor de Dios» equivale a ponerse en su lugar, a sentirse señores del bien y del mal, de la vida y de la muerte. En cambio, quien teme a Dios siente en sí la seguridad que tiene el niño en los brazos de su madre (cf. Sal 131, 2): quien teme a Dios permanece tranquilo incluso en medio de las tempestades, porque Dios, como nos lo reveló Jesús, es Padre lleno de misericordia y bondad”. (Benedicto XVI, Papa)
ORACIÓN
«El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar?
Él me protegerá en su tienda
el día del peligro;
me esconderá en lo escondido de su morada,
me alzará sobre la roca.» (Salmo 26)
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