DOMINGO I DE ADVIENTO – CICLO B –
3 de Diciembre de 2023
EVANGELIO: Mc 13,33-37
“En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Estad atentos, vigilad: pues no sabéis cuándo es el momento. Es igual que un hombre que se fue de viaje, y dejó su casa y dio a cada uno de sus criados su tarea, encargando al portero que velara. Velad entonces, pues no sabéis cuándo vendrá el señor de la casa, si al atardecer, o a medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer: no sea que venga inesperadamente y os encuentre dormidos. Lo que os digo a vosotros, lo digo a todos: ¡Velad!”.
COMENTARIO A LA PALABRA
Hoy estamos celebrando el primer domingo de Adviento, también estamos estrenando el nuevo año litúrgico.
El Adviento es un tiempo de espera y de vigilancia, es el momento propicio para renovar nuestra esperanza para el encuentro definitivo con Dios, que viene a estar con nosotros.
En el Evangelio el Señor nos exhorta: “Estad atentos, Vigilad: pues no sabéis cuándo es el momento”. Su Palabra nos anima a estar en su presencia, nos invita a despertarnos del sueño, a librarnos de las cosas mundanas que nos mantienen en el sueño profundo y que no nos damos cuenta de su paso en nuestra historia.
A pesar del sufrimiento que traen la guerra, la injusticia, la desigualdad… el Señor nos llama a poner nuestra confianza en Él. Es importante descubrir el amor que Dios nos tiene. Su amor es lo que nos lleva a la felicidad plena, nos sostiene en los momentos difíciles y nos hace crecer el deseo de esperar con paciencia su retorno glorioso. “Él os mantendrá firmes hasta el final, para que seáis irreprensibles el día de nuestro Señor Jesucristo” (1Co1, 8).
Quitemos de nuestra vida todo aquello que nos aparta del Señor; así nos acercaremos a Él con humildad y sencillez de corazón, pues Él nos hizo y somos suyos, Él es nuestro Padre.
Alegrémonos con las palabras del profeta en la 1ª lectura: “Tú eres nuestro Padre, nosotros la arcilla y Tú nuestro alfarero: todos somos obras de tu mano”.
El Espíritu Santo nos ayude a permanecer en vela en la presencia del Señor, con la lámpara encendida.
Estemos preparados para celebrar con alegría y gozo el Misterio de la encarnación de Cristo. Él vendrá y no tardará.
¡VEN SEÑOR JESÚS!
MEDITACIÓN
“Este es uno de los grandes preceptos del Señor: que sus discípulos se sacudan como el polvo todo lo que es terrestre para dejarse llevar por un gran impulso hacia el cielo. Él nos exhorta a vencer el sueño, a buscar las realidades de arriba, a mantener sin cesar nuestro espíritu alerta, a expulsar de nuestros ojos el adormecimiento seductor. Me refiero a ese letargo y a esa somnolencia que conducen el hombre al error. Él Señor nos pide que superemos ese pesado sueño: no dejemos escapar lo real por una búsqueda desenfrenada de la nada. Él nos llama a velar: Tened ceñida la cintura y las lámparas encendidas”.
(San Gregorio de Nisa)
ORACIÓN
Concede a tus fieles, Dios todopoderoso, el deseo de salir acompañados de buenas obras al encuentro de Cristo que viene, para que, colocados a su derecha, merezcan el reino de los cielos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
(Oración colecta)
One comment on “«Lo que os digo a vosotros, lo digo a todos: ¡VELAD!»”
Lourdes
Me viene muy bien esto qué han compartido! Muchas gracias a Dios por estas inspiraciones!