I DOMINGO DE CUARESMA
– CICLO B –
18 de Febrero de 2024
EVANGELIO:Mc 1,12-15.
“En aquel tiempo, el Espíritu empujó a Jesús al desierto. Se quedó en el desierto cuarenta días, siendo tentado por Satanás; vivía con las fieras y los ángeles lo servían.
Después de que Juan fue entregado, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios; decía: «Se ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios. Convertíos y creed en el Evangelio».
COMENTARIO A LA PALABRA
Hemos comenzado un nuevo tiempo de Cuaresma: tiempo de GRACIA, tiempo de PREPARACIÓN PARA LA PASCUA, tiempo para redescubrir EL BAUTISMO que cada uno hemos recibido y QUE ACTUALMENTE NOS ESTÁ SALVANDO, como hoy nos recuerda San Pedro en la segunda lectura (1Pe 3,18-22). Lo recibimos un día concreto, ¡Y ACTUALMENTE NOS ESTÁ SALVANDO! ¿Te das cuenta de ello? Necesitamos pararnos, reflexionar sobre este misterio grandioso… por ello, nuestra Madre la Iglesia nos regala este tiempo.
Os animamos a meditar el Mensaje que el Papa Francisco nos ha enviado para este tiempo Santo, a participar en las celebraciones y prácticas cuaresmales, a celebrar el sacramento de la Reconciliación… todo como ayudas y preparación para llegar a la Vigilia Pascual (que es la celebración más importante de todo el año litúrgico) con el mejor de los trajes, recibido como un don de Dios por su infinito amor y misericordia: un corazón convertido, un corazón vuelto hacia Jesucristo, nuestro Salvador, abierto hacia Él, enamorado de Él, confiado a Él y entregado sólo a Él.
Para ello, es imprescindible que cada día reservemos un tiempo exclusivo para la ORACIÓN, para que ésta vaya impregnando cada vez más todos los momentos de nuestra vida. Un tiempo de intimidad para encontrarme con el Amado, escuchar su Palabra, dejarme amar por Él y descansar en Él. Un tiempo en el que Dios no sólo nos recuerda la ALIANZA que ha establecido con nosotros (como en 5 ocasiones repite hoy la primera lectura del Génesis), sino que la renueva, la hace NUEVA Y ACTUAL: Él está con nosotros; Él es nuestro Dios y nosotros su pueblo.
Y como nos presenta este Primer Domingo de Cuaresma, la oración también es un COMBATE, viviendo en Jesús lo que Él vivió: dejarnos empujar por su Espíritu para entrar en ese desierto. Y como Él y con su Espíritu, quedarnos ahí, siendo tentados por Satanás, y no huir…. El que tiene que marcharse es el Enemigo. Y nosotros perseverar en la fe, quedarnos en ese desierto en el que los ángeles nos sirven y permanecer. La Palabra de Dios en muchas ocasiones nos dice cómo: “Someteos a Dios y enfrentaos con el diablo, que huirá de vosotros” (Sant 4,7). (Ver también Ef 6,12-18; 2 Tim 4,3-5.17-18). “Jesús participó de nuestra carne y sangre, para aniquilar mediante la muerte al señor de la muerte, es decir, al diablo, y liberar a cuantos, por miedo a la muerte, pasaban la vida entera como esclavos… Pues, por el hecho de haber padecido sufriendo la tentación, puede auxiliar a los que son tentados” (Hb 2,14-18). Pues (cf. Ap 12,11-17) “el dragón se fue a hacer la guerra a los que guardan los mandamientos de Dios y mantienen el testimonio de Jesús…Pero ¡ellos lo vencieron en virtud de la sangre del Cordero!”. ¡Gracias a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo! (1Co 15,57).
MEDITACIÓN
Los santos también vivieron este combate; de ellos, nosotros también podemos aprender. Por ejemplo, San Ignacio de Loyola detectó 3 tácticas del mal espíritu:
1º) CRECE INFUNDIENDO TEMOR (ante el sufrimiento, por ejemplo), crece cuando se le escucha. Pero SE ENCOGE: cuando le haces frente, si se le enfrenta (sometiéndonos a Dios, ejercitándonos en la oración)àLuchar (no temer ni huir).
2º) QUIERE SECRETO, que no sea descubierto. Pero si se habla/comunica…sus engaños pueden ser descubiertos.àComunicarlo para discernir, da luz, pierde fuerza el engaño.
3º) Sabe cuál es nuestra PARTE MÁS DÉBIL y nos ataca por ahí. Pero si la conocemos, nos podemos reforzar, es más fácil discernir àAutoconocimiento: conocerse y trabajar la parte más débil, conocerla y reforzarla.
ORACIÓN
“Padre nuestro… ¡No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal!”
“¡Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de las misericordias y Dios de todo consuelo, que nos consuela en cualquier tribulación nuestra hasta el punto de poder consolar nosotros a los demás en cualquier lucha, mediante el consuelo con que nosotros mismos somos consolados por Dios!” (2Co 1,3-4)
One comment on “«El Espíritu empujó a Jesús al desierto. Se quedó en el desierto cuarenta días, siendo tentado por Satanás…. Y los ángeles lo servían»”
Lourdes Baumann E
El comentario me ayuda mucho, porque en ese “dedicar un tiempo en la oración” Dios me muestra cómo cada cosa tiene su momento y su plenitud, y esa plenitud es la que tengo que tener en mi vida, en cada momento, viviendo las cosas con intensidad. El trabajo, la familia, la comunidad y que mejor que nuestro Señor para vivir en plenitud cada aspecto de la vida, viéndolo a él en cada momento, en cada servicio, en cada acción de mi vida!
La vida por momentos si no la cónfio al Señor se vuelve angustiante, eso es cuando me saco los anteojos de Dios! Uuufff lo veo TODO neeeegro!! Pero se que tengo una gran miopía!! Entonces siendo consciente de eso( que es mi debilidad) no me los tengo que sacar porque no me los DEBO sacar!
Me ayuda mucho poner todo a los pies de la Cruz de nuestro Señor! Cada semana el anda recogiendo mis miedos y las convierte de manera genial, inclusive las penas, de las que muchas veces yo quería huir, y ahora me enseño a transitar a través de ellas, sin quejarme, sin cuestionar el porqué, sabiendo que sus planes van más allá de mi entendimiento muchas veces, y que en las penas también puedo ser un instrumento de Él.