Solemnidad de la Santísima Trinidad – CICLO C
12 Junio de 2022
Evangelio: Jn 16, 12-15
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues no hablará por cuenta propia, sino que hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir. Él me glorificará, porque recibirá de lo mío y os lo anunciará. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que recibirá y tomará de lo mío y os lo anunciará».
COMENTARIO A LA PALABRA
Gloria al Padre, Gloria al Hijo y Gloria al Espíritu Santo es la voz unánime toda la Iglesia, que en este día se une para celebrar, la Solemnidad de la Santísima Trinidad: misterio central de la fe y de la vida cristiana. Un solo Dios en tres Personas: misterio de amor y comunión que se nos ha manifestado y revelado.
La Santísima Trinidad es misterio de amor y comunión, porque es el misterio de Dios en sí mismo. Dios es todo y absolutamente amor: Amor Padre, Amor Hijo y Amor Espíritu Santo. Su esencia es amor misericordioso: Amor que unifica, que todo lo comparte, que nada se reserva para sí mismo, todo lo entrega, todo lo comunica. Es amor que crea, que ilumina, que redime, salva y santifica. Y en ese dinamismo de amor y comunión, todos los hombres fuimos introducidos: porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que se nos ha dado. Gracias a nuestro Bautismo, por la efusión del Espíritu Santo, fuimos sumergidos en la vida misma de la Santísima Trinidad y nos hemos convertidos en su morada y en su templo para siempre. Dios, que desea que los hombres entremos en su gozo, derramó en nuestros corazones su amor, el Espíritu Santo, y así entabló para siempre con todos nosotros un vínculo firme y duradero.
Por este motivo, esta Solemnidad es una invitación a tomar conciencia de nuestra dignidad. No podemos olvidar, que Jesús por su Espíritu Santo, como nos dice el Evangelio, nos ha comunicado todo lo que tiene, todo lo que le pertenece: su relación filial con el Padre y su vida divina. Ya no somos simples hombres, sino hijos en el Hijo, Templo de Dios y coherederos con Cristo del Reino de los cielos.
Pidamos a Dios que nos conceda acoger su amor en nuestras vidas, para que vivamos su mismo amor y comunión con Él y con nuestros hermanos.
Hoy también la Iglesia celebra en España la Jornada Pro Orantibus; jornada de oración y de acción de gracias por la Vida Contemplativa: “corazón orante de la Iglesia; la voz que incansablemente alaba, agradece y suplica”. (Constitución apostólica Vultum Dei quaerere).
Gracias por acompañarnos siempre con vuestras oraciones. Oremos por todos los contemplativos.
Meditación
El misterio de la Santísima Trinidad es el misterio central de la fe y de la vida cristiana. Sólo Dios puede dárnoslo a conocer revelándose como Padre, Hijo y Espíritu Santo. La Encarnación del Hijo de Dios revela que Dios es el Padre eterno, y que el Hijo es “de la misma naturaleza que el Padre”, es decir, que es en Él y con Él el mismo y único Dios. La misión del Espíritu Santo, enviado por el Padre en nombre del Hijo y por el Hijo “desde el Padre”, revela que es, con ellos, el mismo Dios único. “Con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria” (Credo). Por la gracia del bautismo “en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo” somos llamados a participar en la vida de la Bienaventurada Trinidad, aquí abajo en la oscuridad de la fe y, después de la muerte, en la luz eterna. Inseparables en su ser, son también inseparables en su obrar. Pero en la única operación divina cada una manifiesta lo que le es propio en la Trinidad, sobre todo en las misiones divinas de la Encarnación del Hijo y del don del Espíritu Santo.
(Catecismo de la Iglesia Católica nº 261-263. 265.267)
Oración
Dios Padre, que, al enviar al mundo la Palabra de la verdad y el Espíritu de la santificación, revelaste a los hombres tu admirable misterio concédenos, al profesar la fe verdadera, reconocer la gloria de la eterna Trinidad y adorar la Unidad en su poder y grandeza. Por Jesucristo nuestro Señor. AMEN (Oración Colecta)
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