«El Espíritu de la verdad os guiará hasta la verdad plena»

SOLEMNIDAD DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD – CICLO C

 16  de junio de 2019

EVANGELIO: Juan 16, 12-15  

«A la Hora de pasar de este mundo al Padre, Jesús dijo a sus discípulos: Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues no hablará por cuenta propia, sino que hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir. Él me glorificará, porque recibirá de lo mío y os lo anunciará. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que recibirá y tomará de lo mío y os lo anunciará.»

COMENTARIO A LA PALABRA

Hoy celebramos el misterio de la Santísima Trinidad. “Es el misterio central de la fe y de la vida cristina. Es el misterio de Dios en sí mismo. Es, pues, la fuente de todos los misterios de la  fe; es la luz que los ilumina. Es la enseñanza más fundamental y esencial en la jerarquía de las verdades de la fe” (CIC 234). Si alguien te preguntara en qué consiste esta fe… ¿sabrías dar alguna respuesta? ¿En qué crees? ¿Por qué? ¿Qué puede aportar en la vida de tantos que sobreviven, desconectados de esta fe?

Este momento de la historia en que vivimos, nos pide saber dar respuesta a todas estas preguntas. Necesitamos conocer nuestra fe, profundizar en ella a través de formación, por ejemplo, releer el Catecismo de la Iglesia Católica (los puntos 253-255 resumen maravillosamente el dogma de la Santísima Trinidad… por defenderlo, muchísimos cristianos han dado su vida, y tú… ¿podrías decir al menos en qué consiste?).  Necesitamos poner la Palabra de Dios en el centro de cada día de nuestra vida, leerla, meditarla, orar con ella, contemplarla, compartirla, transmitirla, hacerla vida…

En el Evangelio de hoy de San Juan, contemplamos cómo es esta vida íntima de Dios: es MISTERIO, RELACIÓN entre las Tres Divinas Personas (habla del Padre, de Jesús y del Espíritu de la Verdad) y relación en nosotros; es DIÁLOGO (vemos que aparecen los verbos oír, hablar, comunicar, anunciar, decir…); es MOVIMIENTO y VIDA (venir, guiar, recibir, tomar, ir, glorificar…). Hagamos como hace Dios y nos dice la Palabra: ¡comuniquémonos!, ¡pongámonos en relación, en movimiento!: “Galileos… ¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo?”…

Para recordarlo, estamos y vivimos todos los que por pura misericordia y gracia de Dios formamos el “corazón orante y misionero” de la Iglesia, tantos monjes y monjas alrededor de todo el mundo…Por ello, en este domingo celebramos la JORNADA PRO ORANTIBUS: Jornada de oración por la vida contemplativa. Invitación para todos los cristianos a “orar por los que oran”, por los que cada día tenemos la preciosa misión de orar en nombre de tantos que no pueden, que no quieren o que no saben. Que nuestro Dios, Uno y Trino, transforme nuestras vidas en un testimonio vivo de su presencia en nosotros.

MEDITACIÓN

* “Las obras de Dios-Trinidad revelan quién es en sí mismo; e inversamente, el misterio de su Ser íntimo ilumina la inteligencia de todas sus obras, nos comunica su vida” (cf. CIC 236). Por tanto, por las obras de Dios en tu vida, es decir, desde tu experiencia de vida y de fe, ¿cómo podrías decir que es Dios?

* Este misterio de la Santísima Trinidad está explicitado en el Credo Niceno-Constantinopolitano, ese “Credo largo” que tantas veces recitamos de carrerilla… A lo largo de esta semana, quizá sería bueno leerlo, recitarlo despacio, siendo consciente de cada afirmación, orarlo…

ORACIÓN

“En verdad es justo y necesario,

es nuestro deber y salvación,

darte gracias siempre y en todo lugar,

Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.

Que con tu único Hijo y el Espíritu Santo

eres un solo Dios, un solo Señor;

no una sola Persona, sino tres Personas en una sola naturaleza.

Y lo que creemos de tu gloria, porque tú lo revelaste,

lo afirmamos también de tu Hijo, y también del Espíritu Santo,

sin diferencia ni distinción.

De modo que, al proclamar nuestra fe en la verdadera y eterna divinidad,

adoramos tres Personas distintas,

de única naturaleza e iguales en su dignidad.” (Prefacio Stma. Trinidad)