NATIVIDAD DEL SEÑOR – CICLO C
25 de Diciembre de 2024
EVANGELIO: Jn 1, 1-5.9-14
“En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba junto a Dios, y el Verbo era Dios. Él estaba en el principio junto a Dios.
Por medio de él se hizo todo, y sin él no se hizo nada de cuanto se ha hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
Y la luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no lo recibió.
/…/
Vino a su casa, y los suyos no lo recibieron. Pero a cuantos lo recibieron, les dio poder de ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre. Estos no han nacido de sangre, ni de deseo de carne, ni de deseo de varón, sino que han nacido de Dios.
Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad. /…/”
COMENTARIO A LA PALABRA
Con gran gozo esta comunidad de Monjas Dominicas quiere acercarse hasta ti en este día grande, hermoso, tan anhelado y esperado durante las semanas del Adviento para decirte: ¡FELIZ NAVIDAD! Pero, feliz… ¿por qué? ¿Y por qué decir Navidad? Son dos palabras que podemos repetirlas en estos días sin saber muy bien porqué las decimos… como si fueran una frase bonita y hasta educada. Pero, ¡qué afortunado aquel que se abre a la gracia de Dios para comprender su verdadero significado y entrar en el grandioso misterio de vivir una “Feliz Navidad”.!
Celebramos la Natividad del Señor, su nacimiento, el misterio de la Encarnación del Verbo de Dios, nuestro Señor Jesucristo. Los textos litúrgicos que nuestra Madre la Iglesia nos presenta en esta solemnidad son de una riqueza asombrosa: la Palabra de Dios, las distintas oraciones de la Misa, los prefacios, la bendición solemne… Tras orar con ellos, puede que lo más oportuno sea no añadir más palabras y remitirte a ellos. Te invitamos a que dejes este sencillo papel cerca del belén de tu casa, que cada día te sientes unos minutos en silencio delante del misterio y, releyendo alguno de los textos u oraciones que recopilamos, contemples a este Niño-Dios recién nacido y que, por la fe, quiere nacer en cada instante en ti. Contémplalo, lee y escucha, adóralo y admírate, recíbelo y le darás gracias, lo alabarás, lo bendecirás y predicarás en todo momento y lugar su Nombre, su infinito AMOR y su entrañable misericordia.
Nuestra oración cada día te acompaña para que, en medio de la realidad concreta que nuestro mundo está viviendo (y tú también), puedas experimentar una verdadera “FELIZ NAVIDAD”, pues “¡HOY NOS HA NACIDO UN SALVADOR, EL MESÍAS, EL SEÑOR!”
“En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno”:
* “Porque, gracias al misterio del Verbo hecho carne, la luz de tu gloria brilló ante nuestros ojos con nuevo resplandor, para que, conociendo a Dios visiblemente, él nos lleve al amor de los invisible”. (Prefacio I de Navidad)
* “Porque en el misterio santo que hoy celebramos, el que era invisible en su naturaleza se hace visible al adoptar la nuestra; el Eterno, engendrado antes del tiempo, comparte nuestra vida temporal para reconstruir todo el universo al asumir en sí todo lo caído, para llamar de nuevo al reino de los cielos al hombre descarriado”. (Prefacio II de Navidad)
* “Por él, hoy resplandece el maravilloso intercambio de nuestra redención: porque, al asumir tu Verbo nuestra debilidad, no sólo asume dignidad eterna la naturaleza humana, sino que esta unión admirable nos hace a nosotros eternos”. (Prefacio III de Navidad)
MEDITACIÓN – ORACIÓN
“Oh, Dios, que cada año nos alegras con la esperanza de nuestra redención, concede a quienes acogemos gozosos a tu Unigénito, Jesucristo Señor nuestro, como Redentor poder contemplarle sin temor cuando venga también como Juez”. (Oración colecta, Misa de la Vigilia)
“Oh, Dios, que has hecho resplandecer esta noche santísima con el resplandor de la luz verdadera, concédenos gozar también en el cielo a quienes hemos experimentado este misterio de luz en la tierra”. (Oración colecta, Misa de medianoche)
“Concede, Dios todopoderoso, a los que vivimos inmersos en la nueva luz de tu Verbo hecho carne, que lo que brilla por la fe en nuestro espíritu resplandezca en nuestras obras”. (Oración colecta, Misa de la aurora)
“Oh, Dios, que estableciste admirablemente la dignidad del hombre y la restauraste de modo aún más admirable, concédenos compartir la divinidad de aquel que se dignó participar de la condición humana”. (Oración colecta, Misa del día)
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
“DIOS, bondad infinita, que disipó las tinieblas del mundo con la encarnación de su Hijo y con su nacimiento glorioso iluminó este día santo, aleje de vosotros las tinieblas del pecado y alumbre vuestros corazones con la luz de la gracia. R/. Amén.
Quien encomendó al ángel anunciar a los pastores la gran alegría del nacimiento del Salvador os llene de gozo y os haga también a vosotros mensajeros del Evangelio. R/. Amén.
Quien por la encarnación de su Hijo reconcilió lo humano y lo divino os conceda la paz a vosotros, amados de Dios, y un día os admita entre los miembros de la Iglesia del cielo. R/. Amén.” (Bendición solemne Natividad del Señor)
¿Desea escribir un comentario?