FIESTA DE BAUTISMO DEL SEÑOR – CICLO C
12 de enero de 2025
EVANGELIO: Lc 3, 15-17.21-22
En aquel tiempo, el pueblo estaba expectante, y todos se preguntaban en su interior sobre Juan si no sería el Mesías. Juan les respondió dirigiéndose a todos: – «Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, a quien no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego.
Y sucedió que, cuando todo el pueblo era bautizado, también Jesús fue bautizado; y, mientras oraba, se abrieron los cielos, bajó el Espíritu Santo sobre él con apariencia corporal semejante a una paloma y vino una voz del cielo: «Tú eres mi Hijo, el amado; en ti me complazco».
COMENTARIO A LA PALABRA
Este día celebramos la fiesta del Bautismo del Señor y concluimos el tiempo de Navidad. Esta fiesta también da paso al comienzo de un tiempo litúrgico nuevo: el Tiempo Ordinario.
En todo el tiempo de Navidad, por el misterio de la Encarnación de Jesús hemos contemplado el gran amor de Dios a todos nosotros, los hombres. Pues Él envió a su único Hijo a este mundo para salvarnos; no por nuestros méritos, sino por pura gracia, porque así lo dispuso Dios desde toda la eternidad.
Hoy, en la fiesta del Bautismo del Señor, Dios Padre nos revela nuevamente su amor. Por ello, nos llama a sumergirnos en un silencio profundo, en oración, para escuchar su Voz que resuena desde los cielos. Voz que nos revela, como un día lo hizo en las aguas del Jordán, que Jesús es su Hijo amado, su Ungido, en quien tiene toda su complacencia y que ha venido al mundo para salvarnos. Voz que, en definitiva, nos invita a fijar nuestra mirada en su Hijo Jesucristo para abrir nuestro corazón y acogerle en nuestra vidas y que en ella, Él realice su obra de amor y redención.
Dios, que nos ama profundamente, desea que todos los hombres se salven. Él ama todo lo que ha creado y no quiere que ninguno de los que ha creado se pierda. Por ello nos envió a su único Hijo, para que sea el autor de nuestra salvación. Jesús es el Ungido de Dios, el «DIOS CON NOSOTROS». Él es el Mesías, el Siervo de Dios. No tenemos otro salvador. Sólo Jesús puede salvarnos y hacernos partícipes de la Vida Divina. Jesús es el único que nos trasforma la vida, que nos limpia, nos purifica y nos hace criaturas nuevas. Porque Él es el único que sana nuestras cegueras; el que nos cura de todas nuestras enfermedades, el que nos libera de todas nuestras esclavitudes; el que nos levanta de nuestras caídas y nos perdona todos nuestras debilidades y pecados y nos devuelve la paz. Jesús es el único que llena nuestra vida y da sentido a nuestra existencia; el único que ha vencido a la muerte, nuestra muerte y nos concede la vida eterna, porque con su muerte en cruz nos abrió las puertas del cielo.
En este día en donde recordamos y celebramos el Bautismo del Señor, la Iglesia también nos invita a renovar el don precioso de nuestro propio bautismo. Un día, por la gracia de Dios, fuimos bautizados. Ese día el Señor derramó sobre nosotros su Espíritu Santo y nos hizo renacer a una vida nueva: su vida misma. Gracias a ese don, fuimos constituidos hijos en el Hijo y coherederos del Reino de los cielos.
Que el Señor nos conceda escuchar su voz y así abrir nuestros corazones a su Hijo Jesucristo y a vivir con gratitud y radicalidad el don precioso de nuestro bautismo.
Meditación
- ¿Renunciáis al pecado para vivir en la libertad de los hijos de Dios?
Si, renuncio.
- ¿Renunciáis a todas las seducciones del mal, para que no domine en vosotros el pecado?
Si, renuncio.
- ¿Renunciáis a Satanás, padre y príncipe del pecado?
Si, renuncio.
¿Creéis en Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra?
Si, creo.
- ¿Creéis en Jesucristo, su Hijo único, nuestro Señor, que nació de Santa María Virgen, murió, fue sepultado, resucitó de entre los muertos y está sentado a la derecha del Padre?
Sí, creo.
- ¿Creéis en el Espíritu Santo, en la santa Iglesia católica, en la comunión de los santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección de la carne y en la vida eterna?
Sí, creo.
(Renovación de las Promesas Bautismales, Vigilia Pascual)
Oración
Dios todopoderoso y eterno, que en el bautismo de Cristo, en el Jordán, al enviar sobre él tu Espíritu Santo, quisiste revelar solemnemente a tu Hijo amado, concede a tus hijos de adopción, renacidos del agua y del Espíritu Santo, perseverar siempre en tu benevolencia. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén. (Oración Colecta)
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