XXXII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO B
10 de Noviembre de 2024
EVANGELIO: Mc 12, 38-44
“Y él, instruyéndolos, les decía: «¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplio ropaje y que les hagan reverencias en las plazas, buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; y devoran los bienes de las viudas y aparentan hacer largas oraciones. Esos recibirán una condenación más rigurosa». Estando Jesús sentado enfrente del tesoro del templo, observaba a la gente que iba echando dinero: muchos ricos echaban mucho; se acercó una viuda pobre y echó dos monedillas, es decir, un cuadrante. Llamando a sus discípulos, les dijo: «En verdad os digo que esta viuda pobre ha echado en el arca de las ofrendas más que nadie. Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero esta, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir».
COMENTARIO A LA PALABRA
Estamos caminando hacia el término del Año litúrgico y nuestro Señor Jesucristo sigue con sus enseñanzas a fin de conducirnos a Dios Padre y también acercarnos más a Él, que es nuestro modelo de vida auténtica y evangélica.
Jesús que, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios, (Flp 2, 6) empieza una de sus enseñanzas denunciando la conducta de aquellos que en su época se consideraban más importantes que los demás. Él previne a la gente para que actúen de manera contraria a aquellos.
Jesús quiere que guardemos esto en el corazón: la vida es más sencilla de lo que imaginamos. Y consiste en vivirla en clave de confianza, siendo generosos para con Dios y para con los demás.
Jesús pone en el centro de nuestra mirada el gesto de la viuda (echa todo lo que tenía para vivir). Y nosotros, frente a este gesto y a las palabras del Maestro, ¿de qué manera tenemos que actuar?
Los cálculos de Jesús parecen no tener la lógica del mundo en que vivimos, su lógica y sus cálculos van más allá de los nuestros: el amor, la generosidad y la confianza son lo que se tiene en cuenta y nos humaniza, mientras caminemos a la patria celestial.
La viuda se dona de manera íntegra, ofrece al Señor todo lo que tiene y espera en él con la certeza de que él proveerá; asimismo vimos un reflejo de la viuda de la primera lectura de hoy, ella se fía de la palabra de Dios que actúa por medio del profeta. Y de la misma manera Cristo se ofreció (2º lectura) incondicionalmente por cada uno de nosotros: obediente hasta la muerte.
Dios cumple su palabra, provee, nos da a Jesucristo como camino para que lleguemos a la felicidad plena, pues él es el amor que transciende todo conocimiento (Ef 3, 19). Como hijos de Dios, por medio de Jesucristo, estamos llamados a entregarnos a Dios y a los hermanos, haciendo ofrenda de todo lo que somos y de todo lo que tenemos. Estamos llamados a amar, a dar y a darnos.
Que el Espíritu Santo, nuestro gran dador, nos ayude siempre a decir: aquí me tienes, Señor mío.
MEDITACIÓN
“Debéis dar lo que os cueste alguna cosa. No basta con dar solamente eso de lo que podéis prescindir, sino también de aquello de lo que no podéis ni queréis prescindir, aquellas cosas a las cuales estáis atadas. Entonces vuestro don llegará a ser un sacrificio precioso a los ojos de Dios…a eso yo le llamo el amor en acto.” (Santa Teresa de Calcuta)
ORACIÓN
“Toma, Señor, y recibe toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad; todo mi haber y mi poseer. Tú me lo diste, a Ti, Señor, lo retorno. Todo es Tuyo: dispón de ello según Tu voluntad. Dame Tu amor y gracia, que estas me bastan.” (San Ignacio de Loyola)
¿Desea escribir un comentario?